Deberías saberlo, la vida no es más que la continuación de algo, algo que no sabrías definir pero que ya has podido vislumbrar...
Amanecía y estas palabras aún ardían en mi mente con la fuerza de un millar de soles. Como cada mañana me asomé a la ventana de mi habitación observando las aún nitidas gotas de rocío que resbalaban perezosas por el cristal de mi habitación marcando con agua el camino que recorrían. Somos iguales, me aventuro a pensar, todos y cada uno de nosotros recorremos inexorablemente nuestro camino hasta llegar a nuestro final...¿o acaso no lo es?
Cada noche me sucede lo mismo, mis temores toman forma de mujer, una mujer tan bella como repulsiva, una mujer que poseía todas y cada una de las virtudes de este mundo pero también todos y cada uno de los defectos. Todas las noches me mostraba mi final, me mostraba como cada una de mis decisiones acortaban o alargaban ese camino, tal y como el viento cambia el camino por el que resbalan las gotas de agua. Es desesperanzador ver tu final una y otra vez, cada uno distinto del anterior pero con un único factor común: soy el protagonista. El protagonista de una macabra pelicula de humor negro que acaba como todas, los creditos aparecen nitidos en mi mente, pero en vez de los nombres de los actores aparecen las palabras que han marcado mi vida.
Un ominoso bostezo me saca de mis pensamientos y me devuelve a la realidad...¡tengo 10 minutos para prepararme antes de salir al instituto! Corro como alma que lleva el diablo por toda la casa en busca de los dichosos pantalones que se obcecan en huir de mi cuando tengo prisa...7 minutos más tarde salgo por la puerta de mi casa desaliñado y con una sonrisa cansada en la boca ante el camino que me espera hasta llegar al instituto. ¿Nunca os ha pasado que caminais por la calle sin ver nada de lo que os rodea? ¿Caminando tan solo empujados por la inercia de la rutina? A veces llego al extremo de sentirme verdaderamente inseguro si no sigo los pasos que me dicta.
Pero este camino fué distinto, un gato blanco con manchas negras se cruzó en mi camino nada más salir del portal haciendome cambiar mi recorrido habitual. Empecé a notar la familiar sensación de inseguridad aunque por suerte esta vez no me duro mucho tiempo, mi mente se mantunía ocupada preguntandose la razón para el extraño comportamiento del gato. Este me estaba siguiendo, pero a mi me resultaba imposible seguirle con la vista, tan pronto estaba a mi izquierda manteniendo mi paso, como se encontraba en un balcón a varios metros de mi cabeza. Todavía dormido no le di demasiada importancia hasta que el gato volvio ha aparecer en frente mio en una extraña postura y ¡Con manchas mas grandes y negras por el cuerpo! De un salto retrocedi varios pasos ante la penetrante mirada del gato que impasible seguía delante mio. Parecia imposible que esto estuviese sucediendo de verdad, parecía sacado directamente del guión de alguna de esas pesimas peliculas de serie B, cerré los ojos una vez para comprobar que era real. Cuando volví a abrirles perdí la poca compostura que me quedaba con la asombrosa escena que contemplaba y solte un grito de sorpresa. ¡Al gato le estaban creciendo las manchas delante de mis ojos! No solo eso, a cada segundo se fundia cada vez más con las sombras, tanto que ahora solo se le vislumbraban sus inquietantes e inquisidores ojos. Volví a cerrarles rapidamente tratando de convencerme de que no podía ser cierto, de que todo se debía a las tan traicioneras horas a las que tenía que levantarme para ir al instituto.... Toda duda se disipo cuando volvi a abrir los ojos, todo había sido producto de mi imaginación, nada más. Respire aliviado al sentirme a cada segundo más seguro de mi mismo y más convencido de que todo había sido producto de mi imaginación superdesarrollada y de la falta de sueño. Empecé a caminar de nuevo y cuando llegue al lugar donde se había parado el gato observe sorprendido un papiro tirado en el suelo. Podías encontrarte cualquier cosa en el suelo de Valladolid pero un papiro desde luego era de las menos corrientes... Observe con curiosidad su contenido sin agacharme a recogerlo, pero por la vaguería que me caracteriza no me agache a recogerlo para mirarlo con más atención, tan solo pude distinguir dos frases: "La vida es algo efímero, pronto descubriras que dentro de estas palabras se esconde la verdad que ella te concedió" Un escalofrio recorrio mi espalda ante el recuerdo de los sueños que cada noche me asediaban y ni corto ni perezoso me lance desesperado ante el trozo de pergamino que contenía las respuestas que tanto había buscado. Pero el destino es cruel, una rafaga de viento se lo llevo una decima de segundo antes de que lo atrapara, corrí tras de él pero sutilmente fué escapando de mi vista ante la llegada de la claridad del día.
Continue mi camino ya cansado de tantas emociones y con la cabeza llena de preguntas. ¿Qué me había pasado? ¿Era real todo esto? y lo que para mi era más importante ¿Me estoy volviendo loco? Todas estas preguntas rondaban por mi cabeza camino del instituto cuando ensimismado en mis pensamientos me salté el semaforo en rojo con tan mala suerte que venía un coche.... Me di cuenta justo a tiempo para hechar a correr y asi evitar el golpe, lo que no me eximio de ser objeto de la mala leche del conductor y de su locuacidad en cuanto a insultos se refiere...
lunes, abril 11, 2005
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