Y es así de simple, desde el momento en el que una gota nace, sabe que su destino es un fin sin pena ni gloria contra un suelo desconocido. Nosotros a pesar de sabernos mortales, de ver la vida desde una perspectiva tan pequeña en comparación a lo que nos rodea, nos vemos inmortales en nuestro carpe diem. Pretendemos dejar una marca persistente en nuestro entorno, pretendemos que nuestra presencia por este mundo sea recordada por gente que ni siquiera nos conocio en vida....que equivocados estamos.
Cada día veo esto más patetico y más absurdo. Veo cada vez más paralelismos entre nuestras cortas vidas y el inevitable fluir del agua, ya sea en una corta ventisca de verano o en el curso de un rio que muere en el mar sin orgullo ninguno. Solo una diferencia nos separa, desde mi punto de vista, de una simple y triste gota de agua. Una gota de agua no deja huella en ninguna de sus homonimas al caer durante una tormenta, una gota de agua no da un toque distinto al curso de un rio.
Nuestra mortalidad nos condiciona, nuestra sociabilidad nos condiciona, no podemos estar juntos ni separarnos por mucho tiempo de la sociedad...¿entonces que hacer? Cómo poder crecer como personas, ¿cómo poder ser útiles en una sociedad llena de "tis" mejores que tu mismo? Yo aún no he encontrado esa respuesta, no he encontrado mi lugar en la extensa maquinaria que compone mi pequeña parcela de universo....Se que unos ojos vacios no atraen a nadie, y que una sonrisa forzada no dice nada de nadie, pero sé que aqui entre esas personas que me rodean puedo encontrar ese lugar y por qué no esa motivación para levantarme cada mañana.
Hasta entonces solo puedo seguir mirando como cae la lluvia sobre una ciudad silenciosa aunque solo sea por la noche....
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